Himno meditado
Estoy, Señor, en la ribera

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Estoy, Señor, en la ribera sola
del infinito afán. Un niño grita
entre las olas, contra el viento yermo:

a través de la nada,
van mis caminos
hacia el dolor más alto,
pidiendo asilo.

La espuma me sostiene,
y el verde frío
de las olas me lleva
pidiendo asilo.

Hacia el amor más alto
que hay en mí mismo,
la esperanza me arrastra,
pidiendo asilo.

Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. 

Amén.



Reflexión:

.Yo llevo en mi mundo en flor los mundos todos que fracasaron.

.Señor, me imagino que soy ese niño indefenso ante las olas bravías del mar. Me encuentro en peligro. Doy gritos de socorro. Y noto que eres tú quien me lleva de la mano hacia la orilla.

.A veces en mi oración pienso mucho en los fracasados por mil circunstancias en la vida. Leo sus biografías. Y saco la conclusión de que muchos de ellos estaban apartados de tu auxilio.

.Yo, por el contrario, como criatura que depende providencialmente de ti, voy siempre buscando tu asilo. En él me encuentro a salvo de todos los peligros, máxime de aquellos que intentan separarme de ti con pecados que manchan la dignidad de mi alma.

.Estoy en la ribera de dos mundos: el terreno que me lleva hacia el mal y el tuyo- o el de arriba-, que me lleva a aumentar el caudal de mi vida espiritual.

. Y en este combate, Señor, te pido que seas tú el que siempre gane estando de mi parte. Gracias, eres muy amable.