Himno
Señor, tu eres mi paz y mi consuelo
Fuente: Liturgia de las horas
Señor,
tú eres mi paz y mi consuelo
al
acabar el día su jornada,
y,
libres ya mis manos del trabajo,
a
hacerte ofrenda del trabajo vengo.
Señor,
tú eres mi paz y mi consuelo
cuando
las luces de este día acaban,
y,
ante las sombras de la noche oscura,
mirarte
a ti, mi luz, mirarte puedo.
Señor,
tú eres mi paz y mi consuelo,
y
aunque me abruma el peso del pecado,
movido
por tu amor y por tu gracia,
mi
salvación ponerla en ti yo quiero.
Señor,
tú eres mi paz y mi consuelo,
muy
dentro de mi alma tu esperanza
sostenga
mi vivir de cada día,
mi
lucha por el bien que tanto espero.
Señor,
tú eres mi paz y mi. consuelo;
por
el amor de tu Hijo, tan amado,
por
el Espíritu de ambos espirado,
conduce nuestra senda hacia tu encuentro.
Amén.