Salmo 113B

Himno al Dios verdadero 

 

 


No a nosotros, Señor, no a nosotros, 
sino a tu nombre da la gloria, 
por tu bondad, por tu lealtad. 
¿Por qué ha de decir las naciones: 
"Dónde está su Dios?" 

Nuestro Dios está en el cielo, 
lo que quiere lo hace. 
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, 
hechura de manos humanas: 

Tienen boca, y no hablan; 
tienen ojos, y no ven; 
tienen orejas, y no oyen; 
tienen nariz, y no huelen; 

Tienen manos, y no tocan; 
tienen pies, y no andan; 
no tiene voz su garganta: 
que sean igual los que los hacen, 
cuantos confían en ellos. 

Israel confía en el Señor: 
El es su auxilio y su escudo. 
La casa de Aarón confía en el Señor: 
El es su auxilio y su escudo. 
Los fieles del Señor confían en el Señor: 
El su auxilio y su escudo. 

Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga, 
bendiga a la casa de Israel, 
bendiga a la casa de Aarón; 
bendiga a los fieles del Señor, 
pequeños y grandes. 

Que el Señor os acreciente, 
a vosotros y a vuestros hijos; 
bendito seáis del Señor, 
que hizo el cielo y la tierra. 
El cielo pertenece al Señor, 
la tierra se le ha dado a los hombres. 

Los muertos ya no alaban al Señor, 
ni los que bajan al silencio. 
Nosotros, sí, bendeciremos al Señor 
ahora y por siempre.