Salmo 126

El esfuerzo humano es inútil sin Dios 

 


Si el Señor no construye la casa, 
en vano se cansan los albañiles; 
si el Señor no guarda la ciudad, 
en vano vigilan los centinelas. 

Es inútil que madruguéis, 
que veléis hasta muy tarde, 
que comáis el pan de vuestros sudores: 
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! 

La herencia que da el Señor son los hijos; 
su salario, el fruto del vientre: 
son saetas en manos de un guerrero 
los hijos de la juventud. 

Dichoso el hombre que llena 
con ellas su aljaba: 
No quedará derrotado cuando litigue 
con su adversario en la plaza.