Salmo 56

Oración matutina de un afligido



Misericordia, Dios mío, misericordia, 
que mi alma se refugia en ti; 
me refugio a la sombra de tus alas 
mientras pasa la calamidad. 

Invoco al Dios altísimo, 
al Dios que hace tanto por mí: 
desde el cielo me enviará la salvación, 
confundirá a los que ansían matarme, 
enviará su gracia y su lealtad. 

Estoy echado entre leones 
devoradores de hombres; 
sus dientes son lanzas y flechas, 
su lengua es una espada afilada. 

Elévate sobre el cielo, Dios mío, 
y llene la tierra tu gloria. 

Han tendido una red a mis pasos, 
para que sucumbiera; 
me han cavado delante una fosa, 
pero han caído en ella. 

Mi corazón está firme, Dios mío, 
mi corazón está firme. 
Voy a cantar y a tocar: 
despierta, gloria mía; 
despertad, cítara y arpa; 
despertaré a la aurora. 

Te daré gracias ante los pueblos, Señor; 
tocaré para ti ante las naciones: 
por tu bondad, que es más grande que los cielos; 
por tu fidelidad, que alcanza las nubes. 

Elévate sobre el cielo, Dios mío, 
y llene la tierra tu gloria.