Salmo 58

Oración pidiendo la protección de Dios contra los enemigos 



Líbrame de mi enemigo, Dios mío; 
protégeme de mis agresores, 
líbrame de los malhechores, 
sálvame de los hombres sanguinarios. 

Mira que me están acechando, 
y me acosan los poderosos: 
sin que yo haya pecado ni faltado, Señor, 
sin culpa mía, avanzan para acometerme. 

Despierta, ven a mi encuentro, mira: 
tú, el Señor de los ejércitos, 
el Dios de Israel. 

Estoy velando contigo, fuerza mía, 
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar; 
que tu favor se adelante, oh Dios, 
y me haga ver la derrota del enemigo. 

Pero yo cantaré tu fuerza, 
por la mañana aclamaré tu misericordia; 
porque has sido mi alcázar 
y mi refugio en el peligro. 

Y tocaré en tu honor, fuerza mía, 
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar.