Con el corazón ante los salmos

Salmo 1. “Dichoso el hombre cuyo gozo es la ley del Señor”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Actitud de acción de gracias
- Deseos de ir por caminos nuevos
- Fuera toda queja
- Las prisas
- Enfermedad sicológica

Reflexión:

Mira, Señor, esta mañana me he levantado con el corazón alegre. Tus palabras iluminan mi senda desde que el día ha comenzado. Desde lo hondo de mi corazón te doy gracias por haber amanecido en tu presencia cautivadora. Tu vida en la mía me lanza por caminos nunca trillados, sino siempre nuevos. Tú eres la novedad absoluta para quien busca con entusiasmo vivir en ti y para ti. Sé de sobra que contigo al lado todo me va a salir bien, todo va a tener un sentido precioso, atractivo. 
Soy un ser afortunado con tu presencia en mí. No entiendo cómo hay gente que se levanta hoy amodorrada y sin ganas de nada. En lugar de quejarme, te pido por ellas para que recuperen el don que tú les das con tu amor eterno.

• Para mí, Señor, el hecho de ponerme en camino junto a ti y siguiendo tus huellas, tus caminos y tus sendas, hacen que salte de gozo. No voy a prestar atención a todos aquellos/as que sólo saben quejarse de la vida. Lo siento por ellos. Una vida contigo tiene sentido, norte y orientación. 
• Sin embargo, me uniré a todos para que camine hoy en la universalidad y en solidaridad con todos los seres que pueblan tu universo.

* No voy a intentar seguir la carrera competitiva de muchos de mis colegas. Se afanan sólo por el consumo y la apariencia. Todo eso es nada: “paja que arrebata el tiempo”. Te han dejado a ti para buscar el dios que no le aporta la felicidad que anhela su corazón humano. La enfermedad del tener les acecha a cada instante. Es normal. Se han apartado de ti que eres la luz que orienta la existencia en todos sus momentos. Hay depresiones, estrés e infartos porque sus mentes y corazones están poseídos por la enfermedad de la inestabilidad psicológica y muchas veces económica, el gran eje de sus vidas.

* Ha amanecido. Y desde mis labios, expresión de mi interior, me siento dichoso junto a las fuentes de tu cariño. Quiero que a mi derredor florezca hoy lo que siento por ti: alegría, gratitud y un gozo inmenso. Haz, Señor amado, que en medio de esta mundo en el que vivo, nunca experimente las horas que me concedes para florecer envuelto de tu amor. Buenos días, Señor, y gracias.