Con el corazón ante los salmos

Salmo 3.<<Me acuesto y me duermo...,y vuelvo a despertar>>.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- El ritmo de mi vida
- Nos amas y cuidas
- Ejercitar mis cualidades
- Rachas y etapas de mi vida durante el día

REFLEXIÓN

• Me encanta, Señor, el ritmo de mi vida. Toda ella está presidida por tu presencia amorosa. Y nunca falla. Si miro al cielo, a la tierra, a las criaturas que vuelan, que pasean, a las parejas que están enamoradas, a los hombres maduros en su trabajo, a la madre que cuida de sus hijos y los lleva al colegio, a los coches que corren veloces con sus usuarios para llegar al trabajo...todo me habla de ti.
• Has hecho tan bien el mundo con sus estaciones, sus estrellas, firmamento , sol y luna que en todo encuentro tu mirada que nos quiere y nos cuida.
• En este trajín a la que la vida nos tiene sometidos, no pierdo nunca de vista tu mirada de Padre y amigo. Sé que mi cuerpo necesita descanso. No quiero ser como esos robots o máquinas que trabajan día y noche para producir más y más.
• No quiero ser así. Cada tiempo tiene su ritmo. Me acosté anoche regocijado con mi acción de gracias por el día que me habías concedido para hacer el bien. Y esta mañana- siguiendo el ritmo que tú has marcado a tu creación-, me he levantado y despertado. Tengo delante de mí un tiempo precioso para ejercer mis cualidades, las que tú me has dado, no para mi vanagloria sino para tomar conciencia de que soy un hijo tuyo. No desaprovecharé ni un instante de mi vida tanto si duermo como si trabajo.
• Todo me habla de ti. En mi trabajo me sostienes y me ayudas; te miro y me miras. Es como decía tu santo Juan Bosco cuando le preguntaban:¿a dónde va? Y con su gracia respondía: Voy al paraíso.
• Esa es mi intención hoy, Señor amado: vivir en tal intimidad contigo que todo me parezca un espejo de tu presencia en este reglamento rítmico que has impuesto desde siempre a tu hermosa creación.
• Que nada tuyo me sea extraño. Sé que de ti procede cuanto veo a mi derredor. ¿Por qué será, Señor, que haya gente que no te admira? Les falta el aliento tuyo en sus pulmones, tu caricia en sus corazones. Están tan apegados a la rutina, que ésta les impide el don de la admiración por tu obra creada y, mediante ella, remontarse a ti.
• Mi vida pasa durante el día por etapas y rachas malas. Pero nadie me hunde porque sé que tú estás dentro de mí. Soy tu morada en este cuerpo frágil y en su alma. Necesito valor, a veces, para luchar contra gente que no me entiende. No me importa mucho que digamos. Haz que brille siempre como una luz tuya encendida en la ciudad y en el ambiente en que vivo. La tristeza y la melancolía que contemplo a mi alrededor, es fruto de gente que no cuenta contigo para nada en esta transcurrir de noches y días, de sol y luna, de despertares y anocheceres.

Gracias, Señor, buenos días y buena noches.