Con el corazón ante los salmos
Salmo 26. “Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo”

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Tu rostro
- Experiencia de ti
- Satisfecho de ti
- Mi luz y salvación

Reflexión:

• Señor, este salmo me viene hoy como anillo al dedo. Mi gran ilusión es ver tu rostro. Ya sé que mientras viva, no lo puedo contemplar a no ser que te vea reflejado en las criaturas.
• En este día, lleno de dificultades, me entrego por entero a tu confianza porque me siento pleno, satisfecho a pesar de todo cuanto he sufrido en este día.
• Hoy siento que anhelo tener experiencia de ti. Si la hay gente de mi ambiente que se ha apartado de ti y están 
vacíos, pienso que se debe , sin duda, a que no han experimentado en sus vidas la gracia y el regalo de tu experiencia.
• Estamos en este país en donde la vida perece mientras que aguardamos el paraíso en donde tú habitas con tus elegidos en total felicidad.
• “Tú eres mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?”. Estas palabras recobran hoy para mí un sentido completamente nuevo. Sin la luz de tu vida, sin tu rostro divino,¿a dónde iba a dirigir mis pasos? Todo sería un mar de torpeza y de decaimientos psicológicos y físicos.
• Pero sé que tú eres mi salvación. Todo ser humano desea y grita la salvación en los momentos azarosos de su 
existencia. La salvación consiste, Señor, en que cada día tu obra salvadora se vaya haciendo realidad en mi propia y limitada persona.
• En estos días, movidos por tantas cosas horribles como suceden en tu creación, me encuentro unido a los que padecen dolores y, al mismo tiempo, se me alegra el corazón cuando pienso en tu dulzura y en tu resplandor de Padre y amigo.


Buenos días, Señor, y gracias.