Con el corazón ante los salmos
Salmo 51.” La lengua del malvado es navaja afilada, autor de fraudes. Prefieres el mal al bien, la mentira a la honradez”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Turban la intimidad
- Daño a los niños y jóvenes
- Chismes y morbo
- Mofa de lo religioso

Reflexión:

• Este Salmo, Señor, lo siento muy dentro de mí. Cuando contemplo- pocas veces- algunos programas de televisión, me quedo anonadado por las mentiras que dicen. Pare ellos, los medios, parece una cosa general.
• Hay por las tardes en casi todas la cadenas la misma cantinela de mentiras contra gente, a la que les roban su 
intimidad misma. Otras personas se exponen libremente al furor de las lenguas viperinas con tal de ganar unos millones de pesetas.
• Esto aumenta el morbo, la telebasura. Y esto va formando opinión, máxime entre la juventud y la niñez, no preparadas para la lectura y crítica de la imagen. 
• Hacen crítica satírica a todos y a cualquier institución. Y se ensañan contra la Iglesia ridiculizando sus actitudes y la defensa de los valores permanentes. Son gente que no vive en cristiano, ni sabe nada de religión, ni entienden nada de nada, pero eso sí, su lengua es como una navaja afilada que corta y hace trajes a todo el mundo, excepto a ellos.
• Me revienta también, Señor, que se murmura con la mayor naturalidad. No tienen conciencia de pecado. Todo lo que a ellos les gusta, es bueno. Y todo lo que le desagrada, es malo. 
• Y como quiera que lo que dice la Iglesia no entra en sus cálculos vacíos, entonces la consideran una retrógrada y anquilosada en el pasado. Desean ver a una iglesia actualizada como si fuera una moda. ¡Torpeza y desconocimiento absoluto de todo lo que se refiere a ella!
• Y para más “INRI” manipulan las noticias para que el espectador o oyente se vaya formando una visión negativa de la Iglesia.
• Señor, quiero que purifiques mi lengua para que diga la verdad. Dame fuerzas para que, trabajando como lo hago en los medios de comunicación, me sienta fortalecido para luchar contra la basura, sembrando el bien en donde hay mal.


Buenos días, Señor, y gracias.