Con el corazón ante los salmos
Salmo 70.”No me rechaces ahora en la vejez, cuando me faltan las fuerzas, no me abandones, pues mis enemigos hablan de mí”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Brevedad de la vida
- Ven en mi socorro
- Aceptar los años
- Vivir la vida con calidad

Reflexión:

• Nuestros días son como un ayer que pasó. A medida que nos vamos haciendo mayores, nos damos cuenta de la brevedad de la vida. De niños, nadie pensaba en otra cosa que no fuera jugar en el colegio y en la calle. Toda la vida por delante. Y cuando uno veía a un anciano, pensaba que nunca llegaría a esa edad.
• Llegada la madurez, se percibe ya que amigos y conocidos, padres y abuelos van dejando de existir por motivos del tiempo y de los años. Unos amigos caen fulminados por los infartos de corazón: por el estrés de la vida que han llevado o por las excesivas preocupaciones. Otros, sanos y fuertes, cuando menos lo esperaban les ha visitado la enfermedad del cáncer y han muerto. Otros más jóvenes todavía, por causa del SIDA han fallecido y han transmitido su mal a sus propios hijos.
• Señor, en estas circunstancias, te ruego y te pido que no me abandones nunca. Ven en mi socorro. Quiero que mis achaques- que empiezan en plena madurez de la vida- los vaya aceptando con la mayor tranquilidad.
• Que sepa aceptar la edad que me vas dando para emplearla en servirte cada día, cada hora y cada minuto. Haz que no busque cremas por las farmacias para que nadie vea mis canas. ¡Cuánto dinero se gasta en apariencias! Sé que la vida no nos pregunta nunca la edad que tenemos, sino la calidad con que la vivimos.
• Hoy he visto a parejas de ancianos/as por la calle y en tu templo. Me han dado una bella lección de su vida. Mire, me decían, lo que hacemos cada día en la iglesia es dar gracias a Dios porque nos da la vida, nos amamos como el primer día de nuestra boda. No como ahora. Se separan a los tres meses de haberse casado.
• Me alegra el alma, Señor, al saber que estás conmigo y que en estas dificultades me alientas a vivir las últimas páginas del libro que constituye cada vida humana en este mundo.

Buenos días, Señor, y gracias.