Con el corazón ante los salmos
Salmo 72.” Cuando mi corazón se agriaba y me punzaban los riñones, yo era un necio y un ignorante, era un animal ante ti...Contigo ¿qué me importa la tierra?”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:
- Fama fácil
- Falta de vida espiritual
- No compararme con nadie
- Desahogo

Reflexión:


• Señor, ante la contemplación de quienes triunfan injustamente, ante quienes logran la fama y el éxito con facilidad, ante quienes ocupan puestos de honor en la sociedad, mi corazón se agria.
• Te confieso que lo paso francamente mal. Reconozco que soy más miserable que ellos porque, en lugar de mantener mi corazón alegre y vivo, lo atormento con amargura y envidia, vicios que no te agradan a ti. Y lo sé muy bien.
• La tristeza, en estos momentos, se apodera de mí y me ofusca tanto la razón que no acierto a ver luz por ninguna parte. La tristeza es muy mala consejera para quien se dedica al apostolado.
• Ellos, al menos, viven a lo grande. Pero yo, sin embargo, me atormento en todo mi ser. Y no puedo hacer mucho para mejorar la situación social y espiritual que acucia a esta parte dela humanidad soberbia y engreída.
• Soy un necio e ignorante cada vez que me comparo con ellos. Soy quien soy, y me quieres así pero en un proceso de maduración y perfección que exiges de una persona consagrada a tu servicio.
• Te tengo a ti. ¡Qué gozada! Al pronunciar estas palabras noto que mi estado anímico sube de tono. Y lo percibo 
porque me quedo fijo en ti, sereno en tu presencia y sin quejas de todo cuanto te he dicho.
• ¿Qué me importa la tierra entera? Nada, absolutamente nada. Estando contigo, sólo tú me bastas.
• Quiero darte gracias por este desahogo y por el aliento que me has dado. Como siempre.

Buenos días, Señor, y gracias.