Con el corazón ante los salmos
Salmo 110.”Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea”.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Me hubiera ido al garete
- La oración es fuerza personal y grupal
- Es diálogo vivo y transformador

Reflexión:

• En el trasiego de mi trabajo apostólico entre la gente, principalmente joven, he observado que necesito ponerme en contacto contigo cada día con los Salmos y mi oración personal.
• De no ser así, todo se hubiera ido ya al garete. Por eso busco cada día momentos en los cuales pueda estar en 
contacto contigo para después llevar la vitalidad a los que la necesitan.
• Son los instantes fuertes de cada día, en los que la fe, la unidad y la caridad se expresan, nutren y renuevan.
• No rezo solo, sino que hago mi oración en grupo y unido a las familia, amigos/as y a toda la humanidad que siente, sufre y padece y se alegra en la asamblea con la alabanza que sale de sus corazones.
• Mediante esta oración en grupo, tomo conciencia de que todos te hacemos presente y participamos de tu presencia en nuestras vidas apostólicas.
• Entablamos un diálogo vivo y sincero no con un Dios genérico, sino con el Dios de nuestra historia, que espera de nosotros, de mí, una entrega a la misión específica que nos has confiado: un diálogo de búsqueda en la fe, de colaboración en la esperanza, de absoluta disponibilidad en el amor-caridad.
• Tu Salmo es siempre una interrogación sobre el quid de nuestra existencia; tu Salmo es una palabra viva y eficaz, una palabra que exige necesariamente una respuesta que se refleje en la vida personal y del grupo.
• Bajo esta perspectiva, me parecen absurdas e ignorantes las palabras de quienes piensan que la oración es una especie de adormidera para cobardes que no saben enfrentarse a la vida.
• Es todo lo contrario. La oración es un impulso apostólico del grupo y de cada uno.

Buenos días, Señor, y gracias.