Con el corazón ante los salmos
Salmo 124.” Los que confían en el Señor son como el monte Sión: no tiembla, está asentado para siempre”.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Entusiasmo
- No al frío cumplimiento
- Nada te turbe
- Las alas de la confianza

Reflexión:

• Empiezo hoy mi meditación de tu Palabra con sentimientos de gratitud. Sí, porque gracias a la confianza que has depositado en mi debilidad, sigo trabajando en las tareas de tu Evangelio con todo entusiasmo.
• La mutua confianza se expresa mediante una intensa intercomunicación por la necesidad y la alegría de compartirlo todo, y mediante las relaciones reguladas más por la apelación a las capacidades interiores- afecto, razón, libertad, fe- que por el recurso a la ley y a la autoridad.
• Desde que comencé a leer los Salmos desde el corazón, me he dado cuenta del estilo familiar de autoridad y 
obediencia, y una cohesión de Padre a hijo en la acción que llevo a cabo en mi vida.
• Sé que no te agradan las cosas hechas por la fuerza o por el simple cumplimiento.
• ¿Razón? Eres el Dios del amor, y tanto tú como yo- tu criatura- queremos que todo se haga por amor.
• Nuestro espíritu de confianza y familiaridad ofrece una respuesta válida a dos exigencias del mundo moderno, sobre todo al trato con los jóvenes: el reconocimiento del valor de la propia personalidad y el anhelo de vivir una experiencia de verdadera comunicación en la esfera religiosa.
• He aprendido para toda mi vida muchas cosas de este contacto contigo cada día. Una de ellas- muy importante- es la máxima que decía Teresa de Avila:” Nada te turbe” También, en mi relación diaria contigo, Señor amado, de captado en las fibras de mi corazón que jamás me dejo desanimar por las dificultades que encuentro en mi camino.
• Contigo, todo lo acepto, todo lo creo, todo lo espero, todo lo soporto.
• He llegado a apreciar que contigo al lado, todo lo aprecio en su justa medida. La confianza en ti me lleva a tenerla en todos los recursos naturales y sobrenaturales del hombre, a pesar de no ignorar sus debilidades (mis debilidades).
• Sé, ahora mejor que antes, captar y apreciar los valores presentes en el mundo y en la historia. Tu confianza me da alas para volar sin miedos.
Buenos días, Señor, y gracias.