Con el corazón ante los salmos
Salmo 143. “¿Qué es el hombre para que te fijes en él?; ¿qué son los hijos de Adán para que pienses en ellos? El hombre es igual que un soplo; sus días, una sombra que pasa”.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- El hombre
- Suerte
- Instrumento en tus manos
- Angustiados por falta de amor

Reflexión:


• Señor, me encuentro hoy admirado por tu alta concepción del hombre. Es tu ojito derecho. Esta idea me lleva en este día a centrarme enteramente en ti y en los demás.
• Sé que sólo soy un soplo, nada, una miseria, pero en unión contigo todo concurre para que tu gloria sea hoy más conocida. Saber que soy un soplo no me hunde en la depresión, sino todo lo contrario: me lleva al reconocimiento de que mi vida sencilla y débil depende ti y la quieres con un amor divino. ¡Menuda suerte!
• En la medida en que tome conciencia de esta dependencia, me apegaré mucho menos a las cosas y a las personas. Y si me adhiero a ellas será siempre bajo tu óptica. No tengo importancia alguna. Soy un simple instrumento en tus manos para hacer el bien.
• Déjame, sin embargo, que sueñe en que el hombre puede encontrar paraísos hermosos de convivencia y de fraternidad.
• Y dejando mi imaginación volar, me pregunto: ¿No sería mejor un mundo de niños grandes que jugaran a soñar en ferrocarriles que tuvieran dirección final al amor y que se pararan en todas las estaciones del corazón?
• ¿Acaso han pasado de moda las lluvias torrenciales de besos y de caricias? ¿No estará nuestro mundo padeciendo el cáncer doloroso de la ausencia de corazones tiernos?
• Al final siento que el amor, la entrega, la donación son las mejores llaves para abrir las puertas de la soledad. Que lo entiendan bien quienes viven atosigados por la angustia de un retraimiento desolador.
• Señor, si se dieran cuenta de que te fijas en ellos, que son tus hijos, que piensas en ellos, todo cambiaría de perspectiva y se vería con nuevas angulaciones y encuadres bellísimos.

Buenos días, Señor, y gracias.