Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 3. Mis luchas diarias

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. Tú eres para mí un escudo, Señor,
La gloria que mantiene mi cabeza en alto


¡Oh! Padre, cuando me siento desgraciado,
Me doy cuenta de la sociedad que me rodea.

Pero si la miro contigo, más de cerca,
Veo bien que mis peores enemigos están en mí.

Son numerosos y sin cesar en vela
Queriendo destruir lo mejor que tengo
Y frecuentemente, tengo miedo de no vencerlos nunca.

Olvido pronto que tú estás siempre conmigo
Que nunca dejas que me destruyan;

Que no pueden nada
Contra los valores que tú mismo me has dado.
¡No! No harán que me pliegue ante ellos.

Cada vez que te invoco, me respondes
Con el poder de tu corazón.

Desde que me despierto, me aseguras con tu apoyo
Ante todas las luchas del día que comienza.

Padre, no dejas jamás de intervenir,
Ven sin cesar en mi ayuda.

Juntos destruiremos el mal, cueste lo que cueste:
En mí y en todos tus hijos de la tierra.
¡Que tu bendición nos acompañe siempre!