Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 19. Dos comunicaciones del Padre

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona: Bendito seas, Señor, para ti la inmensa gloria.


Delante del universo, escucho al Padre que me habla;
En la bóveda estrellada
Me revela un poco de su esplendor.

En los días y las noches que se suceden,
Sin faltar, desde siempre,
Él me habla de su sabiduría.

Nada de discursos, palabras, ningún sonido
Y sin embargo el mensaje recorre toda la tierra;
Llega hasta el fin del mundo.

Y después está el sol con su ritmo diario.
En cada tarde, se oculta durante la noche,

Pero por la mañana, vuelve, alegre,
Como un joven esposo sale de su habitación,
Como un atleta que toma su impulso.

Sale de una extremidad del cielo
Para ir hasta la otra extremidad,
Calentando todo con sus rayos.

Pero el Padre me habla también con palabras:
Él me dice cómo tener éxito en mi vida.

Me revela un proyecto pleno de amor
Que está en mí como generador de vida.

Puedo poner confianza en sus órdenes
Que me dicen cómo conducirme.

Sus exigencias se ajustan a la realidad;
De este modo ponen en mi corazón
Mucha paz y alegría.

No pide nada complicado:
Sus mandamientos me hacen ver claro.

El Padre no pide el respeto
Por razones egoístas;
Por eso sus órdenes atraviesan los siglos.

Todas sus decisiones llevan a la Vida verdadera;
Están plenamente justificadas.

Lejos de ser para mí un fardo,
Me atraen más que todas las riquezas;

Las saboreo más que la miel,
Que la miel más dulce.

¡Oh! Padre, yo que soy tu hijo,
acojo todas tus advertencias;
las respeto como avisos preciosos!

Me sucede como a todo el mundo
Que comete errores involuntarios;
Perdóname las faltas que se escapan.

Presérvame del mal que busca imponerse;
Dame libertad en tu empresa;
Guárdame sin reproche,
Puro de toda falta importante.

Al hablar así delante de ti,
Señor Jesús, mi Salvador,
Espero tu intercesión cerca del Padre.