Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 30. Me ha salvado

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. ¿Por qué buscar entre los muertos al que vive?


Te exalto, Padre, me mantienes en vida;
La gente que querían mi lugar están decepcionadas.

Señor, mi Dios y mi Padre,
A ti grité y me has socorrido.

Vivía un verdadero infierno:
Tú me has librado.

Poco a poco me iba a la nada
Y de pronto, me siento revivir.

Cantad al Padre, vosotros, sus hijos,;
Celebradlo acordándoos de su amor.

Parece lejano por momentos,
Pero su corazón está siempre con nosotros.

Una tarde triste se borra en seguida
Cuando llega la alegría del sol naciente.

Un día, estaba seguro de mí y decía:
“ Ahora, estoy sólido, Padre.
Tu amor me ha devuelto la fuerza,
Una fuerza tan fuerte como una montaña.

De pronto te he perdido de vista y me he turbado.
En seguida te he llamado
Con toda clase de súplicas:

“¿Qué ganas con dejarme caer,
con que vaya a la nada?

Abrumado, ¿podré darte gracias?
¿cómo hablar de tu fidelidad?

Escucha, Señor: eres mi Padre;
Te lo suplico, ven en mi auxilio”.

Entonces me has contestado;
Has cambiado mi duelo en danzas;

En mi rostro triste y desesperado
Han salido la sonrisa de un corazón festivo.

Ahora, te canto sin descanso;
Tu hijo quiere darte gracias siempre.