Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 37. Experiencias de vida

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. Entrega tu vida al Señor, él la conducirá.


Inútil enrabiarse contra el mal
Y dejarte llevar por tus defectos;

Dándoles demasiada importancia,
Impides que se debiliten:

Es como regar malas hierbas
Esperando que mueran.

Ante todo, cuenta con el Padre
Para vivir según su proyecto sobre ti
En la paz y seguridad.

Busca en él lo que te hace feliz
Y él colmará todas tus necesidades.

Para encontrar el camino que lleva a él,
Cuenta con su presencia y sus gracias.

El hará brillar el bien que hay en ti
Como el sol hace resplandecer el universo.

Quédate tranquilo junto al Padre;
Por en él tu esperanza.

Nada de cólera contra el mal que tiene éxito
Ni contra sus astucias contigo o los demás.

Deja que desaparezca toda agresividad;
Que tu corazón no albergue nunca la furia:
Sólo recogerías malos frutos.

El mal terminará siempre por desaparecer;
Pero la gente que cuenta con el Salvador
Terminarán por habitar su casa con él.

Tus dudas sobre Dios no duran;
Muy pronto, las olvidas completamente.

Pero cuando te haces pequeño ante él,
Tomas posesión de tu vida
Y saboreas la paz completa.


Antífona. Evita el mal, haz el bien
El Señor sostiene a los justos.


El mal querría introducirse en las virtudes,
Para hacerlas ridículas.

Pero el Padre te dice que te rías
Pues un día el mal será destruido.

El mal ataca al pequeño y al pobre
Con la idea de abatirlos fácilmente
O, al menos, hacerlos que se desvían de sus caminos.

Pero sus artimañas se vuelven contra él
Y destruyen sus mejores armas.

La precariedad de un hijo del Padre es sólida,
Más que las fuerzas de quien rechaza a Dios;

Pues los tesoros humanos se van a pudrir,
Pero la ayuda del Padre es para siempre.

El Padre conoce el corazón de quien se fía de él;
Lo que les da no desaparecerá nunca.

Incluso en los días malos, permanecen en paz
Pues el Padre los alimenta con su felicidad.

La gente que se aparta de Dios,
El Señor los persigue sin cesar.

La gente que lucha contra Dios
Termina por agotarse:
Ahí donde él los aguarda.

Gente que pide prestado y no devuelve;
Otros tienen piedad y lo dan todo.

A estos, el Señor confía su Reino
Pero a aquellos, los despoja de sus tesoros.

El Padre es maravilloso con todos,
Ofrece a todo el mundo la seguridad
En el camino que lleva a él.

Si alguien tropieza, no cae,
Pues su Padre lo sostiene con la mano.

Según mi experiencia de cada día
Nunca he visto a nadie abandonado del Padre;
Nadie está obligado en buscar su salvación.

Siempre hay gente que tiene piedad
Y comparte el amor
En las generaciones bendecidas por Dios.

Si evitas el mal y haces el bien,
Serás acogido en el corazón del Padre,
Pues él no rechaza a nadie que lo busca;
Siempre está disponible para esa gente.

No cesa de tener cuidado
Arrancándoles el mal que hay en ellos,
Pues quiere confiarles su Reino
Para que sea morada de todos.


Antífona. Espera en Dios y sigue su senda


Dicen palabras de sabiduría.
Proclaman la Buena Nueva del Padre,

Pues la llevan en el fondo de su corazón
Y la encarnan en su vida.

El mal acecha a los hijos del Padre
Para destruir en ellos el amor.

Pero él sigue como solución
Ante las críticas del ambiente.

Ellos esperan todo del Padre
Y siguen la senda que lleva a él.

Serán los dueños de su vida
Mientras que la angustia crece sin cesar
En la gente que lo rechazan.

A veces, esta gente me parecen muy fuertes.
Como si nada pudiese aniquilarlos.

Pero de pronto, desaparecen;
Los busco pero no se encuentran.

Mira a la gente honesta y recta:
Engendra un clima de paz.

Los revoltosos, por el contrario, son estériles
Y no dejan nada tras ellos.

El éxito de la gente fiel a sí misma
Es un don del Padre.

En caso de peligro,
Él es como un muro para protegerlos.

Trabaja con ellos para construir su libertad.
Si lo han elegido como un abrigo,
Él los salva de los asaltos del mal.