Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 49. Seguridad falsa o verdadera

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. El hombre abrumado no dura mucho


Escuchad bien esto todos los pueblos,
Prestad atención, habitantes del mundo,

Pequeñas gentes o ilustres personajes,

Tanto los ricos como los pobres.

Quiero deciros palabras de sabiduría,
Lo que se cuece en lo profundo de mi corazón.

Intento captar el pensamiento de Dios
Y explicarlo con buen sabor.

Algunos días, me siento invadido,
En mí y a mi derredor,
Por la obsesión de hacer fortuna

Colocando en ella gloria y seguridad,
Sin preocupación del bien o del mal.

Es una visión falsa de la verdadera vida:
El dinero no puede salvar a mi hermano ante Dios.

¿Pagar para prolongar la vida? Eso no tiene precio.
Es la muerte la que decide el fin.

¿Es posible vivir siempre en la tierra?
¿No ir nunca a la tumba?

La realidad está ahí: el sabio muere
Como el loco o el imbécil.

Todos deben dejar a los demás su fortuna.
Su tumba es su casa definitiva en la tierra;

Sus descendientes los visitan
Recordando su nombre por la herencia.

Vueltos allá, no pueden hacer nada por ellos,
Lo mismo que el animal que se abate.

Antífona.¿De qué le sirve al hombre ganar el universo
Si llega a perder su alma?

Es todo lo que pueden esperar
La gente que se organizan ella sola,
La gente que se apoya en su sola sabiduría.

Tiene la aspecto de carneros prisioneros de su redil:
Su pastor, es la muerte la que les lleva a pacer.

Se parecen a personajes de sueño
Que se van a la nada cuando llega la mañana.

Pero quien su seguridad en el Padre
Puede contar con el Salvador
Que cambiará su muerte en Vida nueva.

No estés turbado
Al ver que alguien se enriquece
Y crecer siempre más poderosa:

Sabes que nada de esto es útil tras la muerte,
Sus riquezas no irán a la tumba con él.

Pudo felicitarse cuando vivía en la tierra:

¡Me lo monto bien!

Pero irá a unirse con sus padres
Sin haber gozado nunca de todos sus bienes.

Vueltos allá, nada pueden por sí mismos,
Igual que un animal que se abate.