Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 59. Padre, no tengas piedad con el mal

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. Sí, roca mía, eres Dios, el Dios de mi amor.


Padre, guárdame libre del mal que me atormenta,
Protégeme de todas sus agresiones;

Haz que no ceda a las tentaciones que me persiguen,
Líbrame de lo que pudiese destruirme.

Me siento rodeado de muchas amenazas;
Los poderes del mal me acechan sin cesar.

Aún cuando rechazo acoger sus sugestiones,
Se encarnizan, pero no quiero pecar, Señor.

Pero tú, Padre, ¿dónde estás? Me pareces lejano:
Se diría que me dejas solo en la lucha.

Sin embargo, nos has enviado un Salvador y su amor
Para unir a la humanidad entera en tu Reino.

Concédeme ver que él cambia el mal en gracia
Como pasó desde su pasión a la resurrección.

El mal cuenta con las tinieblas para tenerme;
Ronda por la noche ladrando como un perro,
Un perro que tiene rabia y me muerde;

Se acerca como una espada que busca matarme
Al creer que no lo veo venir.

Pero tú, mi Salvador, no te sientes impresionado;
Miras sus maniobras con una sonrisa.

Cuento contigo y con tu amor;
Mi seguridad es tu corazón de Padre.

Es siempre fiel en amarme el primero:
Me concede prevenir el mal próximo.

Padre, no dejes que el mal nos aprisione,
Si no, olvidaremos pronto gritar hacia ti.

Pero guarda al débil e impotente,
Incapaz de perforar tu protección que nos envuelve.

Intenta por todos los medios que no pequemos:
Que sus fracasos reduzcan a nada su orgullo.

Que sus mentiras sean vanas y sus maleficios;
Y que su amor nos purifique enteramente.

Entonces la tierra comprenderá que tú eres nuestro Salvador
Y se parecerá todo en tu Reino.

El mal cuenta con las tinieblas por tenerme,
Ronda por la noche ladrando como un perro,
Como un perro que tiene la rabia y me muerde.

Se acerca a mí como una espada para matarme,
Al creer que no lo veo venir.

Pero yo canto la fuerza de tu amor;
Desde la mañana festejo tu fidelidad en protegerme
Pues eres mi refugio en los momentos de angustia.

Quiero cantar lo que eres siempre para mí:
Un Salvador que me protege fielmente.