Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 143. Padre, sácame de mi prisión

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. Heme aquí ante ti como tierra sedienta



¡Oh! Padre, escucha mi oración,
Sé atento a mis súplicas,

Por la fidelidad a tu amor, respóndeme.
No te fundes en la justicia con tu hijo,
Pues ningún vivo es justo ante ti.

El mal me ataca sin cesar,
Triunfa a menudo y me anonada:

Me arrastra por las tinieblas
Como el que va a la muerte.

Pierdo el aliento,
Mi corazón se baña en un mar de desolaciones.

Para reemprender vida, me acuerdo de antiguo,
Enumero todo lo que has hecho por mi,
Y repito todas tus intervenciones.

Extiendo mis manos hacia ti como un niño;
Me sostengo ante ti como tierra resecada.

Pronto, Padre, haz algo,
Estoy a punto de expirar.

No me escondas más tu rostro,
Si no, viviré como un muerto.

Desde la mañana, ofréceme tu amor,
Pues en él está mi fuerza.

Revélame el camino que he de seguir hoy,
Pues quiero ir a tu encuentro.

Padre, líbrame del mal que me quiere destruir,
Pues me abrigo en tu presencia.

Enséñame a entrar en tu designio,
Pues eres mi Padre,

Un Padre lleno de bondad
Que quiere allanar el terreno ante mí.

A causa de tu amor, me harás vivir;
Por tu misericordia me sacarás de la angustia;

Con tu corazón de Padre, destruirás el mal en mí
Y no tendrás en cuenta mis defectos,
Pues soy tu hijo.