Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 145. Contemplación del Padre

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. Quiero bendecirte cada día, aleluya.


Dios mío y Padre, eres maravilloso
Y bendeciré tu amor para siempre.

Todos los días, me maravillas
Y alabo tu amor para siempre.

Padre mío, eres extraordinario: te canto,
Su misterio es insondable.

A lo largo de la historia, se cantarán tus obras,
Se proclamará tus instantes de esplendor.

Y yo, repetiré la narración de tus intervenciones,
Marcadas siempre por tu misericordia.

Cuando se hable de poder,
Contaré las obras de tu corazón.

Celebraremos el recuerdo de tus bondades,
Aclamaremos tu amor.

El Padre es bueno y misericordioso.
Sin nada de cólera, sino lleno de cariño.

El Padre es bueno para todo el mundo,
Pleno de ternura por su creación.


Antífona. Tu reino es un reino eterno


Todo el universo es alabanza para el Padre,
Toda la gente que lo buscan, lo bendicen.

Proclaman la maravilla que he hecho,
Hablan de sus gestos extraordinarios

Para revelar a todo el mundo su presencia
En los signos impactantes.

Su presencia es presencia en todo tiempo,
Dura siempre por todas las edades.

El Padre se revela en todas sus intervenciones.
Cuida de la gente que cae, 
Levanta a los que se doblan.



Antífona. Todo poder se le ha dado
En el cielo y en la tierra, aleluya.


Los ojos, fijos en ti, te esperan:
Les das lo que les hace falta,

Abres tu corazón y sacias a los vivos,
Pues los amas.

El Padre es amor en todos sus gestos,
Fiel a sí mismo en todos sus actos.

El Padre está cercano de la gente que le acoge,
De toda la gente que lo acoge de verdad.

Y él, acoge a la gente que lo busca,
Escucha sus gritos y les responde.

El Padre no rechaza a nadie,
Sino que respeta a la gente no lo quieren.

Necesito proclamar mi alabanza al Padre
En unión a toda la creación que bendice su amor,
Para siempre jamás.